Nuestra experiencia durante los años dedicados a la selección de personal en este rubro, nos ha demostrado que en muchas ocasiones cometemos errores desde el inicio, desde el momento de crearnos una idea preconcebida de la persona que consideraríamos adecuada, por ejemplo: rechazar algunas nacionalidades, religiones, entre otras. Ya sea por alguna mala experiencia anterior, por la edad (Demasiado jóvenes o demasiado mayores), que no son madres (pensando que cuidarán mejor a nuestros hijos si ellas son madres), o sólo es la experiencia ( a veces son las que menos se amoldarán a nuestras costumbres), etc.

Antes de entrevistar a las posibles candidatas, debemos asegurarnos a través de una primera conversación telefónica que realmente ellas estén interesadas en trabajar en la modalidad que usted lo requiera: cama adentro, cama afuera o con un horario más específico.

Las trabajadoras de este sector se dividen principalmente en estas modalidades. Como trabajadoras cama afuera podemos encontrar personal más formado ( la gran mayoría han sido cama adentro durante años), conocen mejor sus obligaciones y realizarán un trabajo más mecanizado.

La mayoría de las trabajadoras interesadas en trabajar como cama adentro, son habitualmente las que llevan poco tiempo en el área laboral y no suelen disponer de demasiada experiencia y referencias, prefieren trabajar como cama adentro por seguridad y conveniencia para ahorrar el máximo y no incrementar sus gastos con alquileres de habitaciones, manutención y transporte y durarán el tiempo que consideren necesario para estabilizar el pago de las deudas adquiridas para su desplazamiento y ahorrar lo suficiente para, en la mayoría de los casos, traerse a su familia o volver a su sitio de origen . Por ello, debemos de aceptar que la duración media de una trabajadora interna suele estar en 2 años, y siempre que se encuentren valoradas y cuidadas por sus empleadores.